19 de mayo de 2014

Río Riaza: La trucha

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Río Riaza.
El río Riaza se puede considerar casi lo opuesto que le río anterior.
Se trata de un río muy técnico, de aguas lentas y corrientes suaves que se alternan con grandes pozos.
Hábitat ideal para nuestra trucha común.
El río Riaza en todo su curso en la provincia de Burgos cuenta con varios kilómetros libres para poder pescar a mosca, cotos tradicionales de pesca y escenario deportivo social.
Por norma general se trata de un cauce de unos 5 metros de ancho, donde disfrutar de sus recelosas truchas. Y que truchas!!!

En sus aguas es posible pasar una bonita jornada de pesca a mosca seca trabajando las cebadas, pero sin lugar a dudas su fuerte es la pesca a trucha vista.
Es aquí donde el pescador pone a prueba todos sus sentidos, habilidades y destreza a la hora de intentar engañar a estas esquivas truchas.
Y es que observar ejemplares de entre los 25 y 45 cm en apenas 50cm de agua, aproximarse con sigilo lentamente, mimetizándose en el entorno y pasar nuestra imitación a una de sus truchas sin ser detectado por ellas es una auténtica maravilla.
Ganar estas batallas al pez mas esquivo que nos podemos encontrar es apostar por el disfrute personal asegurado.
Y es que cuando uno comienza a "recechar" truchas de inmediato queda prendido de éste encanto que hace tan especial su pesca.
Saber que en cualquier momento la trucha puede abandonar su actividad al detectar nuestra presencia es un momento que engancha cada día a mas pescadores.
Con éste tipo de pesca que el Riaza nos ofrece,nos damos cuenta de porqué la pesca a mosca es la mas bonita, difícil, exquisita y gratificante que puede existir.
¡Y es que el Riaza hace grandes pescadores a mosca!
Pescadores que aprenden a ser sigilosas acercarse a las posturas lentamente, con delicadeza, que buscan ocultarse de la vista del pez, que logran presentar su artificial en circunstancias desfavorables y sobre todo pescadores que aprenden a pescar en sus aguas silenciosas. Tanto a seca como a ninfa.
Y es que no todo es seca en éste río.
Observar el comportamiento de estos grandes peces en su hábitat al presentarles una microninfa en aguas totalmente paradas es algo único y excepcional. Un espectáculo para la vista del pescador el cual deberá poseer nervios de acero para no adelantarse a la hora de clavar.
Y es que os puedo asegurar que observar como una trucha kilera se vuelve a ver tu imitación, la observa,  abre la boca y la toma, es algo indescriptible para un pescador de mosca.
¡Pesca a pez visto, pesca en estado puro!